Hoy, el Superintendente General de Irrigación, Sergio Marinelli, tendrá una reunión clave y determinante con el Honorable Tribunal Administrativo de este organismo, ya que tratarán un pedido para "controlar" el agua subterránea.
Después de que en otras gestiones el otorgamiento de permisos para perforar llegara al escándalo y dejara a Irrigación envuelta en una maraña de litigios, Marinelli está dando pelea afuera y adentro del organismo del agua "para llegar una gestión más moderna e integrada del agua subterránea".
El Honorable Tribunal Administrativo (HTA) es el que da las concesiones (por ley) y Marinelli quiere que sea "condicionada". O sea, otorgar el permiso para perforar (hay muchos casos pendientes y de muchos años), pero si hay agua.
Concretamente, el Superintendente pretende que el HTA lo faculte para restringir el agua que pueda extraer el dueño de cada pozo, si está comprometido el acuífero.
De esta manera, Irrigación pretende conocer y controlar los caudales bombeados en la actualidad; controlar niveles y desarrollo, contrastando la oferta con los caudales bombeados, a fin de no llegar a situaciones críticas que comprometan las explotaciones actuales. En caso de existir problemas, se restringirían los bombeos.
Por otra parte, se busca implementar inspecciones y un régimen de multas en agua en caso de incumplimientos y sistematizar la información y desarrollar modelos hidrogeológicos de predicción. Con estas medidas se entiende que se moderniza la gestión del agua subterránea en pos de una explotación sustentable. |